#FoodPorn: Tentación en las redes sociales

Por: Paola Herrera – Comunicación Digital Levapan.

¿Qué se le viene a la cabeza cuando escucha “food porn”? la combinación semántica de estas dos palabras “food” (comida) y “porn” (pornografía), el resultado no puede ser otro que la combinación de la gastronomía increíble con el arte de hacer platos tan provocativos que inciten a romper cualquier tipo de dieta con ellos.

Uno de los grandes placeres de la vida es comer las cosas más deliciosas (que generalmente en exceso no son saludables) y qué mejor que compartir con todo el mundo el manjar que tenemos en la mesa; pues así fue como el #foodporn surgió, publicando comida que valía la pena resaltar.

Con el tiempo este término se ha complejizado y ahora se mofa de su dieta y lo invita a saborearse mientras las suculentas preparaciones le coquetean desde una imagen jpg o un aviso publicitario.

Este concepto consiste en fotografiar comida con presentaciones llamativas e impactantes y con una gran cantidad de calorías sumadas en su receta. Visualmente resulta magnético, se hace agua la boca y ni siquiera se ha degustado un bocado; garantizando exquisitez con solo ver la foto.

En la sociedad tecnificada todo se expresa con imágenes, pero no cualquier imagen, una que logre satisfacer la necesidad del usuario de sorprenderse con lo que ve, y para ello plataformas como Instagram, Flickr, Pinterest y Twitter se encargado de ayudar en su propagación.

La publicidad

En el ámbito gastronómico muchas veces el cliente piensa tres veces antes de comer, por ejemplo, un suculento pastel de chocolate de solo contemplar la cantidad calórica que le aportará de más al cuerpo; pero es allí donde la publicidad gastronómica hace su magia, apropiando el concepto del food porn y adaptándolo a sus dinámicas de ventas seductoras.

Es por esto que un buen anuncio publicitario de algún restaurante es aquel donde cada ingrediente rebosa de frescura y perfección; causando que el cliente no pueda resistirse, o al menos considerar la idea de consumir lo que sus ojos contemplan.

Es este juego erótico-visual, el dúo dinámico que le sublima perfección a estas imágenes está conformado por el fotógrafo, que captura el mejor ángulo de esa apetitosa hamburguesa o pastel con desbordante relleno y el editor que exalta el contraste de los colores y las palpables texturas.

El mundo irreal y fantástico que muestra el food porn, son montajes irrepetibles que simplemente alimentan el apetito visual del usuario.

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